lunes, 23 de diciembre de 2013

De libertad y ron

¿Ron? ¿Para qué quería el ron? ¿Para perderse el disfrutar de aquella mujer? Pero claro, ¿para qué quería el mujeres? No, él no era ese estereotipo de pirata pese a que lo fingiese, tampoco es que fuese gay, en ese sentido le daba igual, mas él... él era un pirata de los de verdad, de lo que iba en busca de la libertad en su barco, de los que luchaban por lo que consideraban suyo hasta la muerte, aunque obviamente nunca hubiese muerto, de los que no tenía reparo en lo que sufriesen los demás si tras ellos estaba lo que creía por derecho suyo... ¿dinero? ¿Joyas? ¿Haciendas? ¿Armadas? Pequeñas piezas de un todo, de la libertad, su única bandera y su única deseo que no le daban ni cien barriles de ron ni dos mil mujeres a sus pies, sino sólo una, la Reina de todas ellas por su belleza y su riqueza... la mar que surcaba en su barco.
Algún día se retiraría, sería su fin, solía pensar, puesto que una vez sin libertad la vida no es vida sino existencia y allí acabaría todo, su fortuna sin dueño como derecho ahora de otros piratas. Podría parecer el cadáver más rico del mundo y ser despreciable, pero sólo era rico por su libertad, por lo que todos le mancillaban y odiaban. Y él lo sabía, sabía que según muriese o incluso antes le atacarían, le matarían para quedarse con lo que otros consideraban su tesoro ganado a pulso cada vez que fregaban la cubierta, pero no temía ese día, estaría preparado cuando fuese necesario...
"¡Señor Jacobs! ¿¡Está demasiado ocupado pensando en irse a casa con su mami como para seguir fregando!? ¿Desea que se encargue otro mientras usted da de comer a los tiburones?" - Gritó el capitán desde lo alto mientras el grumete volvía a centrarse en su trabajo deseoso de acabar e ir a por una copa de ron, porque si no tienes libertad, siempre te queda olvidarte de ella en el alcohol -

A.N.: based in Francis Drake and Assassin's Creed IV: Black Flag.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Nubes moradas de gas tóxico

Y entonces pasó, el aire se tornó violáceo y comenzaron a caer cristales de yodo. Tan hermosos eran en estado letárgico, tal la belleza del baile del humo en las botellas encerrado que una sala sólo para tal imagen era el infinito. 
Ni los tonos de las nebulosas hechas de polvo de estrellas, las estrellas azules cual lucero, nada iluminaba como aquel magnesio prendido. Un pequeño trozo podía iluminar y delimitar todo nuestro futuro como la luz que nos envuelve, como la noche que nos aleja...
Tantos cambios, tantas reacciones imperceptibles a los ojos como las de la vida, sin sus números y símbolos son reducidas a la magia que compone la vida y extinguidas con la misma facilidad de aquello que no se comprende. Tristes incomprendidos que vagan sin ningún lugar, extraños pasajes que no sabemos a dónde nos llevan, caminos que existen sin ser andados, caminantes que hacen el suyo propio en medio del caos de la vida, cuando nada es todo y todo es nada. Magia, química y existencia, la base de la vida, el límite de la experiencia...
Y así se apaga el magnesio, así se mezcla el gas tóxico del yodo, así el ácido sulfúrico con el azúcar nos intoxica, así... todo se mezcla.


miércoles, 18 de diciembre de 2013

Saturnalia

Cae la noche y se acerca la oscuridad, los pies se hielan bajo el sonido del crujir de la nieve. Corren rápidos, vuelan sobre ella para llegar al hogar, fuente de salvación y de acogida cuando acecha la tempestad. Ojos tristes miran una vez más como la nada y el vacío se vuelve a aunar en esa sala. El cuerpo adormecido cae y la vista se fija en los huecos de la pared, una guirnalda de color de rosas, campanitas y luces en perfecto orden junto al verde de los bosques.
Las estrellas brillan en el cielo, pero ninguna más que aquél lucero que antes era su corazón y ahora... es su cuerpo. El frío entra por las paredes hasta su alma, el hielo la corroe, deja de sentir y se duerme, tan plácida, tan dulce, tan... de muerte.

martes, 17 de diciembre de 2013

Vámonos de caza, Reina del Hielo

Vámonos de caza, Reina mía, donde nadie nos pueda encontrar. Vamos a dar rienda suelta a este deseo animal... Sumidos en el delirio causemos sufrimiento y dolor a aquellos que en la vida no supieron mostrar compasión o amor.
Destrocemos corazones y almas, prendamos fuego a sus recuerdos, aullemos a la luna roja y el universo dominemos moviendo los hielos que lo construyen. Tú y yo, Reina del mundo, unidos como uno, divididos por cero seamos infinitos como el tiempo. 
Si la justicia no existe, si nada es verdad y todo esta permitido, no nos asustemos de la angustia de las personas, no temamos quebrar sus esperanzas, que su valor sea polvo, que su espíritu se evada. Cuando no quede nada y todo se consuma en las llamas, miremos de donde venimos, riamos allá donde vamos, que la fortaleza del débil sea su indiferencia y la del fuerte su conciencia en este mundo cruel mientras caemos, volamos con un destino y hasta nunca llegamos.
Tú y yo, Reina del Hielo... más allá de lo eterno.


A.N.: story based in the character "Morgana" from BBC's series "Merlin"

lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Monstruo?, quizás

“Corre, sigue corriendo” apenas lograba pensar aquellas palabras, escuchaba sus pulmones, las ramas que se partían bajo sus pies a cada paso y aquellos del que la seguía, cada vez sonaban más cerca y esa voz, que gritaba que no haría nada, que dejase de correr, pero ella no escuchaba, no le creía, no podía ser alguien bueno, no después de lo que había visto. Tropezó con una raíz, maldecía su suerte mientras seguía intentando avanzar a la vez que se levantaba, llevaba horas así, ¿o había sido minutos? Ya ni siquiera lo recordaba, sólo podía pensar en correr, en encontrar una granja, alguien que la salvase de aquel monstruo.

A lo lejos vio lo que parecía una casa abandonada, no era mucho, pero ya no escuchaba su voz y si se escondía quizás le diese esquinazo. Se metió en la casa, se ocultó en un rincón y trató de calmarse, abrazaba sus rodillas y pensaba en las cosas que la gustaban, todo lo anterior a aquel infierno. Entonces, sin poder hacer nada por evitarlo él apareció, puso su mano sobre la boca de ella para que no gritase y empezó a susurrarla que no quería hacerla daño, sólo cuidar de ella, aquellas palabras no eran más que mentiras, luchaba por zafarse de él, pero finalmente desistió, quizás si se comportaba podría escapar. Así pasaron algunas horas, la casa por suerte tenía luz y pudieron cenar algo caliente, finalmente se fueron a dormir, ya volverían al día siguiente.
Eso era lo que pensaba el joven, en mitad de la noche empezó a escuchar unos pasos “bah, tendrá sed” trató de seguir durmiendo, pero sonaba cada vez más cerca, se dio la vuelta, mas sólo alcanzó a ver un relámpago y el cuchillo que rasgó su garganta junto a una sádica sonrisa para nada normal en la boca de la niña.

 – Tenías razón, era malo – dijo la niña mirando a algún punto en la pared y se fue cantando.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Remake Dune

Escena 1

(Aparece la princesa con un fondo de estrellas detrás de ella)

Princesa:
Un comienzo es un tiempo muy delicado. Sabed que nos hallamos en el año 10.001-91 (diez mil uno noventa y uno), gobierna el universo conocido el Emperador, mi padre.
En estos tiempos la sustancia más apreciada del universo es la Especia que extiende la vida y expande la consciencia. La Especia es vital en los viajes espaciales. La Cofradía del Espacio y sus navegantes, a quienes la Especia ha venido mutando durante 4.000 (cuatro mil) años, utilizan el gas de Especia que les confiere la facultad de plegar el espacio, es decir, de viajar a cualquier lugar del universo sin necesidad de moverse.
He olvidado decir algo, esta Especia existe solamente en  uno de los planetas del universo entero, un planeta yermo y desolado cubierto por inmensos desiertos, escondido entre las rocas de estos desiertos se encuentra un pueblo conocido como los Frod, que desde tiempos remotos sostienen la profecía de que un hombre ha de llegar, un mesías que habrá de conducirlos a la verdadera libertad. Ese planeta es Dune.

Escena 2

(Un salón en el que varias personas hablan, al fondo está el Emperador. Las puertas se abren y entra un mensajero, susurra algo al Emperador, inaudible)

Emperador:
            Caballeros, retírense.

(La gente abandona la sala. El mensajero sale también, pero las puertas principales vuelve a abrirse, entran varias personas vestidas de negro rodeando a una especie de monstruo)

Monstruo:
Hemos cruzado el espacio porque veo tus planes, la casa Atriedes y la casa Harkonnen enemistadas, luchando por el control de la Especia y de Dune, te veo a ti detrás.
Emperador:
Así es, en esos momentos la familia Atreides prepara en secreto un ejército utilizando una técnica desconocida. Les he ordenado que controlen Dune, pero después la familia Harkonnen lanzará un ataque sobre ellos y se hará con el control.
Monstruo:
Sólo un detalle, Paul Atreides, hijo del Duque Leto Atreides debe morir. Y recuerde, yo no he estado aquí, no he dicho esto.
Emperador:
            Ya comprendo…



Escena 3

(En una habitación se encuentran la madre de Paul, y la Bruja. Paul Atreides entra.)

Madre de Paul:
Es la Reverenda Madre Helen, viene a observarte. Paul, escucha a la Reverenda Madre y haz cuanto te diga, está aquí para probar tu fuerza.

(La madre de Paul sale)

Bruja (Reverenda Madre Helen):
            (Con voz grave, entre gutural y mecánica). Paul, ven aquí.

(Paul se acerca a ella con movimientos rígidos).

Paul Atreides:
            (Voz en Off de sus pensamientos). Está utilizando La Voz.

(Paul se arrodilla ante ella)

Bruja (Reverenda Madre Helen):
            (Poniendo una mano en la caja). ¿Ves esto? Mete la mano en esta caja.
Paul Ateides:
            (Con cierto temor). ¿Qué hay en la caja?
Bruja (Reverenda Madre Helen):
Dolor. (Paul se mueve ligeramente. La Bruja pone una mano con un dedal y una aguja en su cuello). Quieto. Mete la mano en esta caja. (Paul introduce la mano en la caja), Sostengo junto a tu cuello una aguja con el más poderoso veneno conocido en el universo entero, esto sólo mata animales…
Paul Atriedes:
            (Mostrando cierto enfado). ¿Sugieres que el hijo del Duque es un animal?
Bruja (Reverenda Madre Helen):
Digamos que sugiero que puedes ser humano. Tu conocimiento puede tener el poder suficiente para controlar tus instintos. Tu instinto te dirá que retires la mano de la caja, si lo haces, morirás. Sentirás una picazón, esa picazón se convertirá en una quemazón, calor, más calor y más calor.
Paul Atriedes:
            ¡Me quema!
Bruja (Reverenda Madre Helen):
            ¡Silencio!
Paul Atreides:
(Voz en Off de sus pensamientos, mientras la Bruja susurra algo más bajo “sientes cómo quema, cómo te deshace”. Junto con la imagen de Paul sale su mano quemándose). No debo sentir temor, el temor es la pequeña muerte que nos lleva a la extinción total. Haré frente a mi temor, permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Nada debo temer, el temor mata a la mente, el temor es la pequeña muerte que nos lleva a la extinción total. Haré frente a mi temor, permitiré que pase sobre mí y a través de mí…. (Gritando) ¡El dolor!


 Bruja (Reverenda Madre Helen):
¡No, basta! Ninguna criatura de mujer soportó tanto. (Retira la mano de su cuello). Saca la mano de esa caja y míratela. (Paul duda). Hazlo.

(Paul saca la mano y aparece intacta)

Bruja (Reverenda Madre Helen):
(Voz en Off de sus pensamientos). Será el elegido, podría serlo, pero ¿será nuestro hasta el punto de poder controlarlo?

Escena 4

(Aparece un paisaje futurista con varias naves volando).

Escena 5

(Paul Atreides y otros 3 hombres están en una nave que viaja por el desierto de Dune).

Tipo nave 1:
            Ahí es donde se va a concentrar la recolección de Especia hoy.

(Paul observa fascinado el desierto)

Paul Atreides:
            (A tipo nave 2). ¿Crees que veremos algún gusano?
Tipo nave 2:
            Donde hay Especia siempre hay gusanos.
Paul Atredies:
            ¿Siempre? ¿Y por qué acuden?
Tipo nave 3:
            Para proteger su territorio, las vibraciones los atraen.

Escena 6

(Paul camina por el desierto. Un gusano aparece. Paul decide usar su poder para controlarlo)

Escena 7

(Una sala oscuras, varias personas encapuchadas están sentadas alrededor de una mesa)

Monstruo:
            El Emperador no va a matar al elegido.
Tipo reunión 1:
            Entonces, ¿deberíamos intervenir?
Tipo reunión 2:
            Indudablemente, y sin demora alguna.
Tipo reunión 3:
            Quizás el elegido no se vuelva a favor de los gusanos, ¡es el elegido!
Monstruo:
Estaba escrito que sería el elegido, así fue. También estaba escrito que se volvería en contra del universo entero conocido cuando lograse dominar al Gusano, sobre eso no hay más que debatir.
Tipo reunión 3:
            Bien, ¿entonces qué proponen, caballeros?
Tipo reunión 1:
            Acabar nosotros con él.
Tipo reunión 2:
            La Cofradía nunca antes intervino directamente en nada.
Monstruo:
            Pero hemos de hacerlo o sería nuestro fin.
Todos:
            Así sea.

(La luz se va apagando)

Escena 8

(Aparece Paul tumbado en una cama)

Gusano:
(Con una voz desgarradora, como si sufriese un tormento terrible). Paul… Paul… (Ya casi gritando). Paul…

(Paul aparece en una sala a oscuras, está en su mente hablando con el Gusano)

Gusano:
(Sus palabras están llenas de dolor, ira, rencor y asco, según habla Paul sufre más y más hasta que el gusano le controla). Tú… humano. Durante años no habéis aplastado, matado porque protegíamos nuestro terreno y esa Especia que tanto deseáis. No debiste venir, ¡ninguno de vosotros debió venir nunca! (Paul parece algo sorprendido de que el Gusano sea inteligente, aunque sigue sufriendo). ¿Te sorprende que sepa hablar? A mí no que tú pienses eso, siempre nos habéis tratado como lo que somos para vosotros, gusanos, nada más… Os creéis que por estar encima podéis coger lo que queráis, matar sin consecuencias, idiotas, pero eso va a cambiar y tú, Paul Atreides el elegido, nos vas a ayudar…
(Paul se encoge en una esquina, gritando de dolor). Sufre el dolor que tu especie ha causado a la mía durante años, sufre hasta que no seas más que un gusano y yo te doblegue…

Escena 9 – Final


(Aparece un gran desierto, el Gusano aplasta personas y naves. Aparecen varios encapuchados, entre ellos el monstruo. El ejército de la casa Atreides, vestidos más o menos como Paul pelea contra los encapuchados. Poco a poco el Monstruo y Paul se alejan luchando y finalmente el Monstruo mata a Paul, haciendo que el Gusano, por estar unido a él, muera también.)

A.N.: based in "Dune"

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Jean-Paul Marat

Biografía

Jean-Paul Marat (Boudry, Suiza, 24 de mayo de 1743 – París, Francia, 13 de julio de 1793) fue un científico y médico francés que realizó gran parte de su carrera en Reino Unido pero que resulta más conocido como activista, periodista y político durante la Revolución francesa. Se le identificó con el ala izquierda de la Revolución. Fue tan amado por los sectores más desposeídos de la sociedad como detestado por los aristócratas y burgueses. Para garantizar el triunfo revolucionario, estuvo a favor de medidas tan radicales como las llamadas Masacres de septiembre de 1792 de los “enemigos de la revolución” encarcelados. Fue miembro del partido de Cordeleros durante la Revolución francesa y ayudó a consolidar el Reinado del Terror elaborando las “listas negras” hasta ser finalmente apuñalado en su bañera por la girondina Charlotte Corday en 1793.


Relato sobre su vida en los acontecimientos más importantes

*5 de Mayo de 1789*

Estados generales, ja, generales de los privilegiados dirán –bramaba Marat al regresar a su casa tras acudir a la inauguración de los Estados Generales de Francia – ¿cómo el pueblo no se revela aún? ¿Cómo la gente soporta que unos rufianes vagos que se aprovechan de ellos les engañen así? ¿Cómo no ven que el voto por estamento les da la mayoría a los privilegiados y por ello lo apoyan? Esto no debería ser así, no señor… –Se sentaba en su escritorio dispuesto a redactar las injusticias que sus ojos habían presenciado ese mismo día, dispuesto a contarle al pueblo francés, aún poniendo en riesgo su vida, lo que aquél gobierno “parlamentario” pretendía hacer, así pues, se dispuso a escribir:

“Pueblo, vengo a contaros aquello que vuestros líderes ocultan, que vuestros representantes callan, vengo a contaros la verdad de eso a lo que llamamos parlamentarismo, la verdad de qué son los Estados Generales y si alguno de vosotros creía que era la libertad, sepa ya que estaba terriblemente equivocado. Porque no es parlamentarismo que se acalle la voz del pueblo diciendo que ya están representados, y no lo es puesto que los Estados Generales no son más que una mera cortina de humo, un entretenimiento, algo que daros a vosotros, compatriotas míos, para que creáis que tenéis voz allí, pero no la tenéis, no… El voto por estamento es lo que defienden, y es normal que lo defiendan, el voto por estamento que les da la mayoría a los privilegiados para hacer con vosotros lo que quieran, para aumentar impuestos, subir precios y demás sogas que atan a vuestros cuellos y aprietan sin dudar. Pero nosotros más, nosotros representamos la gran mayoría de este país, podemos, y debemos luchar por la libertad, y espero luchar, y morir, en el nombre de la libertad. Hablan de justicia y libertad, pero ¿para quién?”


*20 de Junio de 1789*

¡Al fin los Estados Generales serán en verdad de todos! – Pensaba sin ocultar su felicidad Marat corriendo hacia el Juego de Pelota donde había oído que estaban reunidos los representantes del pueblo llano en los Estados Generales y la parte baja del clero, escribiendo una constitución, consciente de lo que suponía ir decidió que su honor como periodista, pero sobre todo como ciudadano, hacía que debiese ir allí, dispuesto a no dejar palabra de aquella reunión sin escribir, y así lo hizo y publicó al día siguiente:

“Pueblo, por fin tendrás tu libertad y es motivo de júbilo y celebración, así pues no os sintáis mal por alegraros, por expresar vuestro apoyo, por gritar que viva la libertad, porque ayer se dio un paso más hacia ella y, aunque muchos más han de darse, todo necesita un comienzo, una Constitución, y eso es lo que tenemos ahora”
– Redactó en esa misma noticia los aspectos más importantes de la misma –


*14 de Julio de 1789*

Madre por favor, sólo iré a presenciar como toman la bastilla, no es un adiós – esas fueron las últimas palabras de Marat a su madre antes de partir hacia la Bastilla, la cual estaba siendo tomada, aunque temía por su vida su deber como periodista era informar. Aunque volvió algo herido apenas fueron unos raspones y dudó redactar ese mismo día la gran noticia que era que ya tenía con qué defender su Constitución:

“Pueblo, aquello de que la pluma vence a la espada es cierto, pero contra tiranos como esos no nos basta la pluma, no obstante ahora tenemos ambas, ¡tenemos la Bastilla! Tenemos con qué defendernos de sus ataques legales, pues tenemos una constitución, pero también de los físicos, no dudéis en protegernos, no sintáis que es un error, error fue dejarles mandar, error es que nos traten como perros cuando son ellos los únicos perros. ¡Por la libertad!”


*Las Masacres de septiembre de 1792*

– Tras una reunión del club de los Cordeliers junto con otras organizaciones secretas se acordó que como defensores del pueblo francés su deber era eliminar a aquellos que impedían la igualdad y libertad. Aquella noticia fue muy bien acogida por Marat, el cual conforme pasaba el tiempo era más sanguinario, apoyando las listas del Terror por las que controlaron a la población, para él el fin, el pueblo francés y su libertad, justificaba todo aquello, su objetivo era realmente claro, pero le cegaba del resto del mundo, lo cual hizo que se volviese descuidado y aún no sabía las terribles consecuencias de aquello –


*13 de Julio de 1793*

– Nada podría ir mejor para Marat y la revolución, con Luis XVI guillotinado parecía que ya estuviesen a punto de ganar, como periodista no ocultaba su nombre, pero tampoco era muy cuidadoso en su partido político y reuniones, era alguien conocido y realmente amado por sus seguidores, pero también odiado por sus opositores y empezaba a temer por su vida, así quedó reflejado en su última anotación en un diario personal:

“13 de Julio de 1793:
Empiezo a temer por mi vida, veo sombras en todas partes, en cada esquina, en cada plaza, en cada bar, en mi propia casa parezca que tengo todos los ojos en mí y esos ojos desean matarme, tal vez debí tener más cuidado, sólo espero que este no sea el error que ponga el último clavo a mi ataúd”



– Estaba nervioso aquél día, su caligrafía así lo dice, así pues se dispuso a tomar un baño, pero en aquél baño le aguardaba la muerte vestida bajo la piel de su amante, no tuvo ocasión de decir nada, no tuvo ocasión de defenderse de la girondina Charlotte Corday, como no tuvo ocasión de ver cómo su revolución triunfaba, como Napoleón convirtió Francia en una de las más poderosas naciones, sin duda eso hubiese dado otros grandes artículos escritos por Jean-Paul Marat, mas el pasado no puede cambiarse, lo que sí puede hacerse es no repetirlo, no caer de nuevo en los errores que llevaron a que una revolución fuese necesaria, a tantas muertes, batallas e injusticias como las que narró Marat, como las que le costaron la vida por defender lo que en verdad es el derecho de todo ser humano, la igualdad, la justicia y la libertad – 

A.N.: based in Jean-Paul Marat and an Assassin's Creed III comercial