miércoles, 17 de junio de 2015

Si vuelves

Si vuelves quiero que sepas que no esperé que lo hicieras, pero ni siquiera me importa. Tú hiciste el problema, con tus propias manos lo construiste y ya no es mi culpa. Te empeñaste en tus ideas, te viste encerrado por ellas y huiste, no te diré que está mal, ni que es de cobardes, ya sabes que lo es, lo sabías, ¿pero lo sentías? No lo creo. ¿Pensabas en lo mejor? Tal, vez, pero ¿para quién? No oses decirme que pensaste en todos, en el bien común y general, eso no puede existir mientras una sola persona sufra por tus decisiones, y sabes quiénes lo hicieron. La cobardía no está en huir, como lo hiciste, sino en el daño que dejaste atrás y al que no miraste.

Qué tiempos aquellos cuando tus ojos me parecían buenos, ilusionados, sinceros, cuando tú eras tú, y dijiste que quien cambió fue el resto, que la realidad ya no era la realidad que amabas. Pues lo siento, pero la sinceridad me impulsa a hablarte, a escribirte y a decirte lo equivocado que estás al culpar a todos, cuando eres tú el único culpable, el que destrozó sus propios ojos y ahora dice que la realidad es fea, en lugar de aceptar que su cristal, está tan roto como su corazón, espera ¿tienes? Es otra pregunta que a veces me he hecho.

Cuántas palabras dichas, como si importasen, quizás a la nada le importan, quizás la nada se forme de todas las cosas que no se dijeron o de las que se dijeron pero nunca llegaron a ser escuchadas, a importar. Suena muy poético y hace pensar que la nada debe ser un lugar muy triste, que cada lugar que toca se rompe, se destruye, a ti no te destruirá, pero estás lleno de ella, no sientes y lo que tocas lo intentas destruir, o quizás no quieras, pero tampoco me importa. Te culpo y te voy a culpar, sin remordimientos. Las cosas cambian, es un problema a veces, porque te creías que jugabas en las ligas inferiores cuando a tu alrededor te sacaban dos vueltas de ventaja que ni ellos veían, una ventaja silenciosa, disparada en el momento preciso, es algo mortal.

Salvo que aquí nadie muere, tú ya estás muerto y lo que tocaste, manchaste y ensuciaste, destruido. Sinceramente no sé lo que querías, ni me importa ya, no sé lo que fue el pasado para ti, parecías divertirte, pero sé que el final no te gustó tanto y no hay nadie ahí para reescribirlo. No importa, las cosas son como deben ser y se aprende de ellas, porque esto es la vida, hay que avanzar.