lunes, 3 de agosto de 2015

Lo que jamás harán

Te dirán que te quieren, te dirán que lo que dicen lo hacen por tu bien, que tan sólo se preocupan, que no te quieren hacer daño, que no deberías molestarte, que por qué te enfadas porque se te diga algo por tu bien, que deberías apreciarlo, que eres malo por ser así, que les entiendas. Te dirán tantas cosas que ya no sabrás cuáles son ciertas, y no lo sabrás porque lo que jamás harán será demostrarlo. No les culpes, no es que no quieran, es que no pueden. Hablan sin escuchar, sin pensar, sin querer en el fondo lo mejor sino lo que ellos creen que es. Pero no te preocupes, tú serás el malo siempre y si les dices esto... serás aún peor, un insensible que les hará llorar porque la gente no acepta que en lugar de perfectos, son unos incompetentes.

Es confuso sentirse así, creyendo que se hace el mal por reclamar aquello que en teoría los demás persiguen: tu bien. ¿Por qué ocurre semejante injusticia? Bueno, no es cuestión de ser desagradable, pero simplemente o los demás son idiotas o da por seguro que en verdad no les importas. En verdad a nadie le importa nadie pues hasta los que hacen el bien esperan sentirse bien por ello, más bondadosos, más puros, más santos, un poco menos perdidos. Todo el mundo mira por su beneficio es por eso que te dirán, pero jamás harán y cuanto tu digas, se ofenderán. Siempre debe haber un malo en las películas, mas nadie quiere tener el papel y se lo echa al otro o a un tercero no presente, que siempre será más fácil que dicha persona no se defienda y por tanto a nadie le importe si se dijo o se dejó de decir lo que era o dejaba de ser.

Nadie sabrá ni apreciará lo bueno que hagas por ellos a sus espaldas, porque raro es el caso en el que la gente se reúne para comentar las bondades de los demás y no las propias, no vaya a ser que otra persona resulte ser mejor que nosotros. La gente no sabe mirarse al espejo y llamarse bocazas, imbécil o lo que sea, se sentirían demasiado mal, porque son todos muy delicados y pobrecitos, ¿qué van a hacer ellos mal con la buena voluntad que dicen tener? Y esa es la mayor mentira de la historia: querer es poder, pero no hacer. No porque queramos hacer algo así significa que lo estamos haciendo o que sea suficiente, dependerá siempre del cómo, de la realidad detrás de esa voluntad. No podemos decir que por querer hacer algo bueno, lo estemos haciendo y es lo que siempre confundimos, que por querer estudiar más, ya lo estemos haciendo. Hay que hacerlo y ver cómo se hace, quizás no con más tiempo sino con más esfuerzo, buscando un cómo más adecuado. Ahí surge el problema.

Nos conocemos muy bien, levamos toda la vida con nosotros mismos así que no podemos dudar de eso, ¿y los demás? Ahí siempre metemos la pata, asumimos, pensamos, creemos, ¿preguntamos? No, que eso es de tonto y hemos dicho que no podemos admitir que no siempre uno es un genio. No conocemos a los demás, lo que necesitan, lo que les duele, no siempre al menos y actuamos y entonces les decimos que lo hacíamos porque queríamos ayudar, porque queremos a esa persona, pero no la queremos lo suficiente como para rebajarnos a preguntar qué es lo que necesitan, lo que les molesta, lo que, en general, no entendemos. Decimos lo que jamás haremos, porque las pocas personas que hacen, no lo suelen anunciar.