lunes, 7 de abril de 2014

Bloody Mary

Sangre en los bosques nevados de Moscú
Bueno... es hora de hacer algo, ¿no? -Sacó su teléfono, marcó y espero a que alguien respondiese mientras observaba las frías calles de Moscú. Al poco alguien respondió con un suave acento ruso, sin duda era alguien que había viajado mucho, quedaron en verse en una hora- 

*Una hora después*

-Se encontraba en una amplia sala con tapices en el suelo y las paredes era un pequeño palacio- *prefiero el mío* -pensó. Entró por la puerta alguien del servicio que la indicó que ya podía pasar. Era una habitación algo más pequeña, con una cama en el centro. No cruzó palabra alguna con el hombre que estaba desnudo en ella, se empezó a quitar la ropa y se acercó a él, sonriendo de lado- "Vaya, así es como hacen tratos todas las inglesas" -la costó contenerse ante aquellas palabras y no matarlo tan pronto, en lugar de eso se inclinó y le susurró- quizás, pero ninguna los hace mejor que yo -el hombre parecía impaciente, pero antes de que la pudiese rozar sacó un móvil- primero, el dinero -se lo dio al otro que marcó un número y después dejó el móvil- ahora sí podemos cerrar el trato. 

-Cogió las manos del hombre y las ató al cabecero, le puso una mordaza y cuando él esperaba recibir su parte, la joven sacó un cuchillo. Sus ojos reflejaban terror mientras ella jugaba con el arma en las manos- ¿sabes? Me das asco... tanto que creo que no quiero ni jugar. -Aquel hombre era un cerdo, el hombre más rico de toda Rusia, pero igualmente asqueroso, clavó el cuchillo, se vistió y sin más, se fue-

When a Lady breaks her rules
(Cuando una dama rompe sus reglas)
-Harta de perder el tiempo con estúpidas convenciones sociales acordes a su estatus se decidía a salir, con sed de sangre, de gritos, de ver el dolor reflejado en los ojos ajenos, la adrenalina era su droga y pensaba conseguirla. Tras despistar al servicio salía de la mansión cogiendo uno de los caballos, no pensaba ir lejos y así podría justificar fácilmente su ausencia-

-Mientras cabalgaba notaba a sangre hervir, aquella misma mañana había tenido un leve encontronazo con su hermana Edith y aún estaba furiosa, pobre de la inocente muchacha con la que se cruzó en el camino, casi la golpea, adrede pero muy calculado, era la excusa perfecta para acompañarla a su casa y con algo de suerte, no habría nadie más- lo siento mucho, ¿estás bien? -Preguntaba con voz dulce tras bajarse del caballo apresurada, fingiendo estar realmente preocupada- "s-sí, bueno, me duele un poco el tobillo" -respondió la otra que había caído torciéndose el pie- es mi culpa, de veras que lo siento, ¿puedo acompañarte a tu casa al menos para asegurarme de que llegas bien? -Le miraba de forma inocente, imaginando ya cómo disfrutaría de aquello- "vale, muchas gracias" -con cierta dificultad subían ambas al caballo, notaba el aroma de canela de la otra joven, delicioso, pero no tanto como la sangre-
-A los pocos minutos llegaban a una pequeña casa alejada del pueblo- *simplemente perfecto* -pensaba Mary mientras se acercaban-

-Una vez dentro, sin darla tiempo a más, sacaba una jeringuilla de sus botas y se la clavaba, no tenía demasiada droga, sólo quería que no se pudiese mover, porque lo que a ella la gustaba era el terror, ver cómo sufrían en sus ojos, no los gritos, el miedo, era maravilloso, la mejor obra de todas. Sin muchos miramientos ponía a la chica boca arriba y buscaba un cuchillo- lo sé, lo sé, te peguntas lo mismo que todos, "¿por qué yo? ¿Qué te he hecho?" -Se burlaba de ella poniendo una voz aguda y molesta- sois todos insoportables, la verdad -encontraba lo que buscaba, un buen cuchillo y según se acercaba el miedo y el frío crecían dentro de la joven tirada en el suelo. Lentamente rasgaba sus ropas, respetaba sólo la interior, no era tan vulgar, sin hacerse esperar llegaban los primeros cortes, uno, dos, tres, cuatro, la joven había perdido ya la cuenta cuando por fin cesaba esa parte- ¿sabes? Quiero jugar...

-Se levantaba e iba a por algo, tardaba en volver, alimentando así el miedo de la joven y volvía con una botella de whisky, un limón y sal-

¿Has oído hablar del juego "chupito-sal-limón”? Es muy divertido cuando le añades sangre -sonreía maliciosa mientras echaba algo de sal en uno de los cortes, la joven quería gritar, moverse, pero no podía, el miedo era mayor y empezaba a llorar de dolor sin poder evitarlo-

-La psicópata se inclinaba a lamer la sangre mezclada con la sal, después repetía el proceso con el limón y así por todos los cortes-

Es muy aburrido, ¿no crees? Ya no hay sangre, vayamos... al siguiente nivel -clavaba en cuchillo en su muslo con facilidad y rápidamente añadía la sal y el limón, la daba igual mancharse, aquello era estimulante, lo adoraba más que nada y por fin estaba sonriendo-

-Minutos después, harta de aquello clavaba el cuchillo en su corazón, sin más y se iba, había sido un buen juego...-

A.N.: stories based in the character "Mary Crawley" (non-canon) from the ITV's series "Downton Abbey"

No hay comentarios:

Publicar un comentario